Qué son:
Los tranquilizantes y otros depresores del sistema nervioso (como los sedantes y los barbitúricos) calman los nervios y relajan los músculos. Son cápsulas, pastillas o comprimidos de colores vivos que se pueden adquirir legalmente con la receta de un médico, pero también se puede abusar de ellos de forma ilegal.
A veces llamados:
Pingas, pastas, nembus, pastillas zombie, pastillas para dormir, muñecas y barbas.
Cómo se usan:
Los depresores del sistema nervioso se tragan.
Qué hacen:
Cuando se usan según las indicaciones del médico, los depresores calman los nervios y relajan los músculos.
Las dosis elevadas o usadas de forma inadecuada de medicamentos depresores del sistema nervioso pueden causar confusión, falta de coordinación, hipotensión arterial y enlentecimiento de la frecuencia cardíaca y de la respiración. Quien los toma puede arrastrar las palabras, ser incapaz de concentrarse y se puede quedar dormido en el trabajo o en la escuela. Los depresores del sistema nervioso son adictivos, y el síndrome de abstinencia incluye síntomas como la ansiedad, el insomnio y las convulsiones.
Los depresores del sistema nervioso son muy peligrosos si se toman con alcohol y otras drogas o fármacos. Tomar dosis muy elevadas de estas drogas puede detener la respiración y causar la muerte.