Cómo añadir equilibrio a una comida favorita
Alimentarse de forma equilibrada significa que los niños obtengan la fibra y la proteína que necesitan para crecer y, al mismo tiempo, que disfruten de lo que comen.
Una comida que incluya fibra y proteína es óptima, porque la fibra ayuda a sentirse lleno y la proteína da fuerza y energía.
Es todo un reto encontrar el equilibrio en cada comida. Pero si usted apunta hacia el equilibrio tan a menudo como pueda, lo más probable es que, a lo largo del tiempo, su hijo acabe recibiendo lo que necesita.
Aquí encontrará una manera fácil de añadir el equilibrio a 4 comidas favoritas de muchos niños:
Si a su hijo le gusta mucho el pollo frito o las nuggets de pollo, ofrézcale una pieza de fruta o verdura para añadir fibra. Entre las buenas opciones, se encuentran las siguientes:
- rodajas de manzana
- palitos de zanahoria o de apio
- cualquier otra verdura que le guste a su hijo
Si a su hijo le gustan mucho las patatas fritas, déselas junto a otro alimento rico en proteínas. Puede probar lo siguiente:
- alubias negras, garbanzos o un trozo de tofu hecho al horno
- pechuga o muslo de pollo, una albóndiga, un filete de carne o una chuleta de cerdo
- un huevo al plato, duro o bien una tortilla
- atún, sardinas o un trozo de cualquier otro pescado
Si a su hijo le gustan mucho los fiambres y embutidos, hágale un bocadillo. Pruebe a hacérselo de pan integral o prepárele un panecillo integral para añadir fibra. Si su hijo prefiere el pan blanco, introduzca la fibra añadiendo al bocadillo varias verduras, como:
- lechuga o espinacas
- tomate o pepino cortado a rodajas
Si a su hijo le gustan mucho los macarrones con queso (o cualquier otra pasta), introduzca las verduras preferidas de su hijo en la receta. O decórelo con verdura al vapor por encima para añadir fibra. Entre las buenas opciones, se encuentran las siguientes:
- brócoli o coliflor
- setas (hongos)
- cebolla
- pimientos
- calabacín o calabaza amarilla
Si tiene dudas sobre comer de forma equilibrada o hay algo que le preocupa al respecto, hable con el pediatra de su hijo. Tal vez le recomiende consultar a un dietista titulado.