Los bebés nacen con una protección contra algunas enfermedades porque sus madres les trasmiten anticuerpos (proteínas que ha fabricado su cuerpo para combatir enfermedades) antes de nacer. Los bebés amamantados siguen recibiendo más anticuerpos a través de la leche materna. Pero ambos tipos de protección solo son de carácter temporal.
Una manera de crear inmunidad a algunas enfermedades (protección contra ellas) consiste en vacunarse. A veces esto se consigue usando pequeñas cantidades de los gérmenes, muertos o debilitados, que causan la enfermedad. Otras veces, la vacuna solo contiene un pequeño fragmento del germen, como una proteína o un fragmento de material genético.
Los gérmenes pueden ser virus (como el virus del sarampión) o bacterias (como el neumococo). Las vacunas estimulan al sistema inmunitario a reaccionar como si se tratara de una infección real. El sistema inmunitario repele la “infección” y recuerda cuál es el germen que la causa. Así, podrá luchar contra ese germen si volviera a entrar en el cuerpo más adelante.
-
Cómo ayudan las vacunas
Cada año, las vacunas mantienen sanas a millones de personas preparando al cuerpo para combatir enfermedades. Sepa de qué manera ayudan las vacunas y obtenga respuestas a sus preguntas.
¿Cuáles son los diferentes tipos de vacunas?
Existen distintos tipos de vacunas:
- Los gérmenes vivos atenuados (o debilitados) se utilizan en algunas vacunas, como la triple vírica (contra el sarampión, las paperas y la rubeola) y la vacuna contra la varicela.
- Los gérmenes muertos (o inactivados) se usan en vacunas como la vacuna antigripal o la vacuna antipoliomielítica inactivada.
- Las vacunas toxoides contienen una toxina (sustancia química nociva) inactivada fabricada por el germen. Por ejemplo, la vacuna antidiftérica y la antitetánica son vacunas toxoides.
- Las vacunas conjugadas contienen partes del germen combinadas con proteínas que ayudan a desencadenar una fuerte respuesta inmunitaria. Muchas de las vacunas más usadas se fabrican de esta manera, como las que protegen contra la hepatitis B, el VPH, la tosferina y la meningitis.
- Las vacunas de ARN mensajero (ARNm) usan un fragmento del ARN del germen, que es parte de su material genético. Algunas de las vacunas contra la infección por COVID-19 son de este tipo.
La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que los niños reciban combinaciones de varias vacunas (en vez de una sola vacuna cada vez), siempre que sea posible. Muchas vacunas se ponen de forma combinada para ayudar a reducir la cantidad de inyecciones que reciben los niños. Se ha comprobado que seguir esta pauta de vacunación es muy seguro. Desde que nace un bebé, su sistema inmunitario se expone a una inmensa cantidad de gérmenes cada día. Y recibir unas pocas vacunas combinadas es mejor para el sistema inmunitario.
¿Qué vacunas necesitan los niños?
La AAP recomienda las siguientes vacunas, así como un calendario de vacunación sistemática. Es normal que haya algunas variaciones, y las recomendaciones se modifican a medida que se van desarrollando nuevas vacunas. El médico de su hijo le indicará cuáles son las vacunas y el calendario vacunal adecuados para su hijo.
Vacunas recomendadas:
- Vacuna contra la varicela
- Vacuna contra la difteria, el tétanos y la tosferina (DTPa)
- Vacuna contra la hepatitis A (HepA)
- Vacuna contra la Haemophilus influenzae tipo b (Hib)
- Vacuna contra la hepatitis B (HepB)
- Vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH)
- Vacuna antigripal
- Vacuna triple vírica (contra el sarampión, las paperas y la rubeola)
- Vacunas contra los meningococos (MenACWY, MenB)
- Vacunas contra los neumococos (PCV13, PPSV23)
- Vacuna antipoliomielítica inactivada (VPI)
- Vacuna contra el rotavirus (RV)
- Vacuna contra el COVID-19
Preocupaciones sobre las vacunas
Algunos padres dudan sobre si deberían o no vacunar a sus hijos. Tienen preguntas o les preocupa que sus hijos puedan tener una reacción grave o que puedan contraer las enfermedades contra las que los quieren proteger. Pero los componentes de las vacunas están debilitados o muertos. En algunos casos, solo se utilizan partes del germen. Por eso, es muy improbable que causen enfermedades graves.
Algunas vacunas pueden causar reacciones leves, como dolor en el lugar del pinchazo o fiebre. Pero las reacciones graves son muy poco frecuentes. Los riesgos de las vacunas son muy reducidos en comparación con los riesgos para la salud de las enfermedades que permiten prevenir.
Las vacunas son una de las mejores maneras de protegerse contra las enfermedades contagiosas.