¿Cómo puedo tranquilizar a mi bebé mientras le ponen inyecciones?
Mi bebé se pone a llorar desconsoladamente cuando le ponen una inyección. ¿Hay algo que pueda hacer para que esta experiencia le resulte más llevadera?
- Kate
Las inyecciones pueden ser difíciles de soportar, tanto para usted como para su hijo, pero las ventajas que aportan sobrepasan el esfuerzo que suponen. Afortunadamente, usted puede hacer unas cuantas cosas para que la experiencia les resulte menos dolorosa y menos estresante.
Si su hijo es todavía un recién nacido o todavía no ha cumplido los cinco meses, pruebe las siguientes cinco conductas inmediatamente después de que le pongan una vacuna. Son las siguientes:
- Envolverlo en una sábana o mantita inmediatamente después del pinchazo. También lo puede envolver en una sábana o mantita antes del pinchazo, pero deje libres los brazos y las piernas del bebé para que lo puedan vacunar.
- Colocarlo de costado o sobre el estómago.
- Sisearle al oído.
- Mecerlo en sus brazos o en un mecedor infantil.
- Darle la oportunidad de succionar (sea mamando del pecho materno o succionando de un biberón o chupete).
Las investigaciones indican que hacer por lo menos cuatro de estas cinco conductas reduce de forma considerable la cantidad de tiempo durante el cual lloran los bebés después de que les pongan una inyección. Si se siente cómoda amamantando a su bebé en la consulta del médico (para cumplir con la quinta recomendación), es posible seguir solo esta recomendación para distraer y tranquilizar al bebé. Hasta es posible que pueda amamantarlo mientras le ponen la vacuna.
En algunas situaciones, es posible que dispongan de una solución de agua azucarada en la consulta del médico. Untar el chupete en esa solución y dárselo a un bebé inquieto o alterado puede ayudar a tranquilizarlo.
Antes y después de que le pongan la inyección, intente aplicar una suave presión y frote el área de piel donde le vayan a pinchar o le acaben de pinchar. Este masaje puede impedir que el bebé sienta tanto dolor.
Con bebés mayores o niños de entre uno y tres años de edad, es posible que las conductas de envolver y de sisear al oído dejen de funcionar. Pruebe a dejar que el niño se siente en su regazo durante la vacunación mientras lo distrae con un juguete, un libro o una canción. Trate de no manifestar preocupación. Los niños se pueden contagiar de la ansiedad que perciben en sus padres, y se pueden poner ansiosos también ellos.
Si a su hijo le duele el área del pinchazo, desarrolla fiebre o se encuentra mal después de ponerse una vacuna, hable con su médico sobre la posibilidad de administrarle medicamentos como el paracetamol o el ibuprofeno para aliviarle los síntomas.
Así mismo, no se olvide de elogiar a su hijo después de que le pongan la inyección. Un poco de reforzamiento positivo puede hacer más llevadera la próxima visita al médico. Intente hacer algo agradable después de vacunar a su hijo. Pasar un rato en un parque infantil puede hacer que los recuerdos de ese día sean más alegres.